Colombia amanece conmovida tras el grave atentado ocurrido en Amalfi, Antioquia, donde un helicóptero Black Hawk de la Policía Nacional fue derribado mediante el uso de un dron cargado de explosivos.
El ataque, registrado en una zona rural del municipio, dejó un saldo de 12 uniformados muertos y 4 heridos, según el reporte oficial. Entre las víctimas se encuentran un subteniente, un subintendente técnico y ocho patrulleros, quienes se desplazaban en la aeronave como parte de operaciones de seguridad en la región.
El ministro de Defensa responsabilizó directamente a la estructura E36 de las disidencias de las FARC, al mando de alias Calarcá, señalándolos como autores del hecho.
En las últimas horas, las autoridades confirmaron la captura de tres sospechosos que estarían vinculados con el ataque, mientras que el Gobierno ofreció una recompensa de 200 millones de pesos para ubicar a los demás implicados.
El atentado ha generado una fuerte reacción en el país, que clama justicia por la muerte de los uniformados y exige contundencia frente al accionar de los grupos armados ilegales que siguen atentando contra la fuerza pública y la población civil.
