El asesinato de Zaida Andrea Sánchez Polanco, alias La Diabla, ocurrido en Medellín el veintiuno de enero, ha reavivado las investigaciones sobre la masacre en Aguachica, Cesar, donde una familia de pastores perdió la vida en diciembre pasado. La mujer, conocida por su ostentación y lujos en redes sociales, sería el verdadero objetivo de los sicarios aquel día.
El ataque en Aguachica acabó con la vida del pastor Marlon Lora, su esposa Yurlay Rincón y sus hijos, Ángela y Santiago, generando conmoción nacional. Según versiones preliminares, La Diabla, quien se encontraba en el restaurante durante el ataque, habría sido el blanco inicial de los sicarios, en un aparente ajuste de cuentas relacionado con grupos criminales.
Zaida Andrea era conocida por exhibir en redes viajes, joyas y bienes de lujo de marcas exclusivas como Dior y Chanel. Sin embargo, su vida también estaría vinculada al narcotráfico, particularmente a alias El Calvo, un líder criminal asesinado poco antes de los hechos en Aguachica.
Tras escapar de aquel ataque, La Diabla fue ultimada en Medellín, en el barrio El Naranjal. Su muerte reforzó la teoría de un ajuste de cuentas entre bandas criminales. En el lugar del crimen, las autoridades hallaron una motocicleta con huellas dactilares que podrían dar pistas sobre los responsables.
Aunque aún no se confirma si su asesinato está directamente ligado a la masacre en Aguachica, la hipótesis de que los sicarios buscaban a La Diabla en diciembre ha cobrado fuerza.
