La noche del jueves 23 de enero, en el barrio Rebolo, al suroriente de Barranquilla, ocurrió un hecho trágico que conmocionó a la comunidad. Un patrullero de la Policía Metropolitana, identificado como Jorge Camargo Arrieta, atropelló a una niña mientras realizaba un patrullaje en motocicleta. Minutos después, el uniformado se quitó la vida con su arma de servicio.
El agente, adscrito a la Unidad de Intervención Policial y Antiterrorismo (Unipol), patrullaba junto a un compañero en una zona afectada por enfrentamientos entre bandas criminales. Durante el recorrido, una menor intentó cruzar la calle y fue impactada por la motocicleta policial. Los agentes auxiliaron a la niña y la llevaron al Hospital General de Barranquilla, donde fue atendida. Afortunadamente, la menor se encuentra fuera de peligro y permanece en observación.
Sin embargo, tras el accidente, el patrullero Camargo, presuntamente afectado por la presión del incidente y la posibilidad de una investigación disciplinaria, se disparó en la cabeza. Fue trasladado de urgencia a un centro médico, pero falleció a pesar de los esfuerzos por salvarle la vida.
La Policía Metropolitana de Barranquilla lamentó los hechos y confirmó la muerte del agente. Además, se activó un equipo interdisciplinario para investigar el caso y brindar apoyo a la familia del uniformado.