Curtis Means vino al mundo con solo 21 semanas de gestación y menos de 500 gramos de peso, en Alabama, EE. UU. Los médicos tenían pocas esperanzas, pero su fortaleza fue más grande. Contra todos los pronósticos, Curtis sobrevivió, creció y acaba de cumplir su primer año de vida, convirtiéndose en el bebé más prematuro en sobrevivir, según el Guinness World Records.
Su historia es un símbolo de esperanza, avance médico y amor incondicional. “La ciencia confirma lo que el corazón ya sabía”, dijo su madre entre lágrimas.
