Este martes, alrededor de 800.000 personas salieron a las calles en toda Francia, generando una de las mayores huelgas recientes en el país. La jornada afectó el funcionamiento de escuelas, transporte público y hospitales.
La movilización fue convocada por los principales sindicatos, que se unieron en un frente común contra los recortes presupuestarios impulsados por el gobierno. Entre las exigencias centrales están la defensa de los servicios públicos, un aumento salarial acorde con el costo de vida y garantías para la estabilidad de las pensiones.
En ciudades como París, Lyon y Marsella se registraron marchas multitudinarias que alteraron la movilidad urbana. También hubo retrasos en trenes y cancelaciones de vuelos, además de cierres parciales en hospitales y colegios.
Los líderes sindicales señalaron que esta es solo la primera advertencia, mientras que el gobierno aseguró que las reformas son necesarias para “garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas”. La tensión social se eleva en Francia, un país con larga tradición de movilizaciones masivas que desafían las decisiones del poder central.