La madrugada del martes 8 de abril quedará marcada en la memoria de los dominicanos. Lo que comenzó como una noche de celebración y música en la emblemática discoteca Jet Set de Santo Domingo, terminó en tragedia nacional cuando, en plena presentación del merenguero Rubby Pérez, el techo del establecimiento colapsó repentinamente.
El siniestro ocurrió alrededor de la 1:30 de la mañana. Según los reportes preliminares, el local tenía una capacidad cercana a las mil personas, aunque se estima que al momento del incidente había poco más de 300 asistentes. El derrumbe dejó una escena de caos, pánico y dolor. Hasta ahora, se reportan al menos 17 personas fallecidas, entre ellas la gobernadora de Monte Cristi, Nelsy Cruz, además de decenas de heridos, algunos en estado grave.
Los organismos de socorro, incluyendo bomberos, Defensa Civil, Cruz Roja, Policía Nacional y Ejército, se movilizaron rápidamente. A través de sistemas de rescate con cuerdas y maquinaria especializada, trabajan sin descanso para ubicar sobrevivientes entre los escombros del techo, compuesto por estructuras metálicas y láminas de aluzinc que cedieron.
El presidente Luis Abinader visitó personalmente la zona cero para acompañar a las víctimas, supervisar las labores y brindar respaldo institucional. También se pronunció el director del COE, Juan Manuel Méndez, entregando un parte preliminar sobre los hechos.
El Jet Set no era solo una discoteca. Era un ícono de la vida nocturna dominicana, un escenario donde generaciones disfrutaron del merengue en vivo y otros géneros tropicales. Hoy, su colapso representa una profunda pérdida cultural y humana.
La República Dominicana está de luto. La tragedia nos recuerda lo frágil de la vida y la necesidad de revisar con urgencia las condiciones estructurales de estos espacios. Mientras tanto, el país entero se une en oración y solidaridad con las víctimas y sus familias.
