Han pasado 16 días desde el secuestro de Lyan Stiven Vargas Bonilla, un niño de 11 años raptado en zona rural de Jamundí, Valle del Cauca. El caso ha causado indignación nacional, movilizaciones ciudadanas y llamados urgentes de organizaciones humanitarias.
Angie Bonilla, madre del menor, rompió su silencio en entrevista con Noticias RCN y expresó entre lágrimas el dolor que la embarga: “Esto es una muerte en vida, porque es la pérdida de un hijo que no sé en qué condiciones está”.
Además del sufrimiento emocional, la mujer teme por la salud del niño, quien padece una afección respiratoria crónica. “El mayor miedo es que a mi niño se le inflamen los pulmones allá y que no se pueda hacer nada”, afirmó, recordando un episodio crítico vivido en 2022.
En su testimonio, hizo un llamado desesperado al presidente Gustavo Petro: “Le pido que me mire con ojos de amor, con ojos de misericordia, que también es padre. Yo solo pido a mi hijo, el perdón ya está”.
La búsqueda del menor continúa, mientras Colombia entera pide su regreso con vida.